viernes, 18 de mayo de 2012

ENSAYO FINAL


Las mujeres de estratos bajos son las más propensas a desarrollar cáncer de cérvix
El cérvix o cuello uterino es  una abertura que conecta el útero con la vagina por lo cual tiene un papel muy importante en el mantenimiento de un embarazo normal. El cáncer de cérvix es un tipo frecuente de cáncer en mujeres, y consiste en una enfermedad en la cual se encuentran células cancerosas en los tejidos del cuello uterino.  Este empieza en las células de la superficie del cérvix o cuello uterino. Con el tiempo, el cáncer cervical puede invadir más profundamente dentro del cérvix y los tejidos cercanos. Las células cancerosas pueden esparcirse. Entran en los vasos sanguíneos o en los vasos linfáticos, los cuales se ramifican en todos los tejidos del cuerpo. Las células cancerosas pueden adherirse a otros tejidos y crecer para formar nuevos tumores que pueden dañar esos tejidos.
Para la prevención y diagnostico a tiempo existe la citología que es un examen que se realiza a las mujeres sexualmente activas. Consiste en tomar muestra de tejido del cuello del útero para ser analizada con el fin de detectar la presencia de células anormales o cancerosas. Sirve para diagnosticar anomalías en las células o paredes del cuello del útero. Este examen es la forma más efectiva de detectar el Virus del Papiloma Humano (VPH), principal causante del Cáncer de Cuello Uterino y, además, puede ayudar a detectarlo en etapas tempranas, lo que permite recibir tratamiento oportuno.
El Cáncer de cuello uterino ocupa en Colombia el segundo lugar en el número de mujeres afectadas y el primero en el número de muertes en mujeres a causa de Cáncer.
En el país, cada día se diagnostican 19 mujeres con Cáncer de cuello uterino y cada día mueren 9 mujeres. Según el Registro Poblacional de Cáncer de Cali, en la ciudad la tasa de incidencia del cáncer de cuello uterino fue de 1178 casos en promedio anual por 100.000 habitantes entre 2001 y 2005, y la tasa de mortalidad fue de 473 casos entre el año 2004 y el 2008 por lo que la situación actual del cáncer de cérvix es un tema alarmante. En vista de esta amenaza creciente nace la necesidad de saber cuales son las mujeres más propensas a desarrollar el cáncer de cérvix. 
Algunos factores de riesgo para contraer cáncer cervical son: presencia del virus del papiloma humano, empezar las relaciones sexuales a temprana edad (antes de los 15 años), tener múltiples compañeros o que la pareja los tenga, no acudir a los métodos de prevención, fumar, el uso de anticonceptivos orales de manera prolongada. Teniendo en cuenta algunos de estos factores, el bajo nivel de escolaridad y culturalidad de las mujeres de estratos socio económicos bajos y su mala alimentación, hacen de las mujeres de barrios marginales las mas propensas a desarrollar el cáncer de cuello uterino.
Según el estudio "Adolescentes de hoy, padres del mañana", se concluye que "…en América Latina la actividad sexual prematrimonial de las adolescentes aumenta bajo la influencia de los valores urbanos modernos…” Ana Rico de Alonso realizo un estudio en Bogotá, en 1985, con 52 madres solteras adolescentes y el análisis de 2.340 historias clínicas de mujeres en la misma situación que fueron asistidas por el ICBF. Gracias a este estudio y a otros mas que fueron realizados por la Caja de Compensación Familiar y por el Centro Nacional de Consultoría se demostró  que entre los 15 y 18 años, la mayoría de los jóvenes inician su vida sexual.
Un segundo estudio llamado “La sexualidad en los jóvenes de sectores marginales”, realizado por el departamento de sociología de la universidad de Antioquia, trabajó con jóvenes y  madres adolescentes de los barrios marginales de Medellín. El estudio revela que entre estas jóvenes la “sexualidad se reduce generalmente a relaciones intimas entre parejas y que si bien existe un acuerdo que su significado es mucho más amplio (autoestima, responsabilidad y capacidad de decisión) la realidad parece reducirse a un manejo antojadizo e irresponsable”.
Existe el Virus del Papiloma Humano que es un grupo de mas de 150 tipos de virus, los cuales 40 de ellos son transmitidos durante las relaciones sexuales y 15 de ellos son de alto riesgo para contraer cáncer cervical, cáncer de ano o cáncer de cuello uterino. Desde el punto de vista médico, la edad adecuada para iniciar una vida sexual son los 21 años, ya que se considera que la persona está en plena madurez tanto psicológica como física para iniciar su vida sexual. Pero los jóvenes que inician una vida sexual a temprana edad, además de estar expuestos a enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, también están en alto riesgo de contraer algún VPH (Virus del Papiloma Humano) debido a su rápida transmisión  sexual.
Según los estudios, y la tendencia que tienen las mujeres de estratos socioeconómicos bajos a empezar su vida sexual a temprana edad, hay un alto índice  de que la persona empiece a desarrollar el crecimiento de las células anormales e infecciosas provenientes del Virus del Papiloma Humano y que así mismo generan cáncer de cuello uterino. Inclusive, se puede generar la acumulación de células infecciosas que formarían una masa de tejido y finalmente tumores en el cérvix.

Sin embargo, las mujeres de un estrato socio económico bajo también padecen de un segundo factor de riesgo  y es la mala alimentación, la cual según la doctora Irene Bretón del Hospital Gregorio Marañon de Madrid  “… es el segundo factor de riesgo de cáncer, después del tabaco”, y esta ligada a ser la causa de 70 de cada 100 canceres y según el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos estableció que un 35% de los tumores tenían su origen o estaban relacionados con factores alimentarios.
Ante todo, gracias al desequilibrio entre la ingesta de nutrientes y las necesidades nutricionales básicas se lleva a la Malnutrición. Son muchas las causas que pueden llevar a la malnutrición, se pueden agrupar en: 1. Insuficiente ingesta de nutrientes secundarias a enfermedad, condiciones de pobreza e ignorancia, 2. Pérdida de nutrientes por mala digestión, mala absorción de los alimentos o mal metabolismo de los mismos y 3. Aumento de las necesidades metabólicas fisiológicas como suceden en el crecimiento o por enfermedad.
Según la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia, Ensin 2005 se asegura que más de la mitad del país sufre de inseguridad alimentaria y que los pobres y los habitantes de áreas rurales son los que más padecen problemas nutricionales. A la hora de hacer una evaluación sobre la ingesta dietética de los colombianos, la encuesta a 39.861 personas de 2 a 64 años lleva a la conclusión de que la dieta de los colombianos es desbalanceada.
Igualmente, el presidente de Fedegan, José Félix Lafourie señaló que del estrato uno hacia abajo, que corresponde a unos diez millones de colombianos, a duras penas pueden comprar panela, papa y arroz para su consumo, y en los estratos dos y tres, que en algunos casos tienen ingresos no permanentes, muy rara vez se consume carne, dejando casi por fuera el consumo de frutas y verduras y aumentando el consumo de grasas y carbohidratos. Esta situación es alarmante ya que por motivos de prevención las mujeres no deberían consumir altos niveles de grasas pues tienden a desarrollar cáncer de útero. Lo más aconsejable es consumir frutas, verduras y antioxidantes en altas cantidades para ayudar a reducir el riesgo de cáncer.
Asimismo las frutas y verduras son ricos en vitaminas C y E, carotenoides, minerales y oligoelementos como el selenio o el zinc que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico de la persona el cual es vital a la hora de luchar en contra de virus y células y agentes cancerosos. Sin embargo si el sistema inmunológico no esta lo suficientemente fuerte el cáncer produce mensajeros químicos los cuales inhiben las acciones de las células inmunológicas con gran facilidad, lo que concluiría en un desarrollo del cáncer mas acelerado.

Otro factor importante a la hora de prevenir el cáncer de cérvix es el grado de escolaridad, educación e información que tienen las mujeres con respecto al tema. Lamentablemente debido a distintos factores, tanto hombres como mujeres de estratos bajos tienen un muy bajo nivel de escolaridad. El estudio realizado por la universidad de Antioquia muestra que solo el 4.76% de la población encuestada ha completado el bachillerato y que el 0.34% cuenta con una educación superior incompleta.
Debido a este bajo nivel de escolaridad y los altos índices de deserción escolar,  los jóvenes de barrios marginales no tienen una fuente de información confiable en materia de sexualidad, protección y prevención. Por lo tanto según el estudio, el 76,1% de las jóvenes obtienen información de formación en materia de sexualidad de parte de un amigo, el 11.9% cuenta con una educación sexual formal y conocen del proceso de la citología y su función y tan solo el 2.4% son informados por sus padres. Es así como al no tener una información confiable y veraz en materia de sexualidad y métodos anticonceptivos se limita la cooperación de las mujeres para un diagnostico a tiempo. En cambio deciden comenzar su vida sexual sin ningún criterio ni sentido de responsabilidad, llevándolas a un nivel de promiscuidad e irresponsabilidad mayor, lo que finalmente las llevaría a ser más propensas a desarrollar el cáncer de cuello uterino.
Es un hecho que el  cáncer representa un problema de salud pública creciente que afecta a todas las mujeres en el mundo. Este constituye el 6 % de los tumores malignos en mujeres, el segundo más frecuente entre todas las mujeres y el más frecuente entre las mujeres más jóvenes. El cáncer de cuello uterino es, en el mundo, el segundo tipo de cáncer más frecuente después del de mama  y el primero en América Latina. Más de 30 mil  mujeres latinoamericanas mueren anualmente por esta enfermedad. Las tasas de incidencia y mortalidad por cáncer de cuello uterino en Colombia se encuentran por encima del promedio suramericano y particularmente el Valle del Cauca es uno de los departamentos que más reporta incidencia y mortalidad en Colombia.
Sin embargo las mujeres de estrato socioeconómico bajo son las que viven problemas de salubridad debido a las condiciones en que viven y a los factores que contribuyen a deteriorar el ambiente social y ambiental en sus lugares de residencia. En los barrios marginales los niveles de hacinamiento y polución son altos ya que no hay colaboración por parte del estado y de la misma gente del barrio por querer convivir en un lugar limpio. Gracias a esto, las epidemias, virus, insectos y demás enfermedades generadas por la contaminación se empiezan a desarrollar, afectando a las mujeres y a su sistema inmunológico, que no solamente se debilita por no comer bien, sino también por agentes externos y contaminantes que entran al cuerpo. Debido a esto, las defensas de la mujer están en riesgo haciéndola mas expuesta al desarrollo de cualquier enfermedad.
Es lamentable ver como los casos diagnosticados por cáncer de cuello uterino siguen en aumento, y es más lamentable ver como  las condiciones de las mujeres en estratos bajos no mejora. Estas mujeres siguen desarrollando un pensamiento respecto al sexo totalmente inmaduro y superficial, haciendo que cada ves comiencen su vida sexual a una edad más temprana, aumentando así el riesgo de contraer el Virus del Papiloma humano. Como si esto no fuera poco, los barrios marginales y las zonas rurales son los mas expuestos a la malnutrición, factor que  afecta el sistema inmunológico directamente, el cual es clave a la hora de combatir infecciones o agentes perjudiciales como lo son las células cancerosas.
Además de esto, el grado de culturalidad y escolaridad frente a la sexualidad es totalmente bajo. Como ya se menciono anteriormente, la visión respecto al sexo por parte de estas jóvenes es de no importancia, ven el sexo como un acto de diversión el cual no conlleva responsabilidades. Pero todos estos factores que hacen a la mujer de barrios bajos la más propensa a desarrollar el cáncer tienen una explicación desde el punto de vista familiar. En estos barrios, el núcleo familiar no es tan fuerte y unido debido a las condiciones en las que se vive. Las mujeres empiezan a vivir una vida llena de responsabilidades desde temprana edad y no viven las etapas de la vida de la forma en que deben ser vividas, generando así a un problema de cultura frente a las relaciones sexuales que finalmente termina en tragedia. La solución para los problemas de sexualidad que enfrentan hoy las mujeres de estos barrios es que desde pequeñas convivan en una familia consolidada y unida, que le brinde la educación e información necesaria para vivir la vida de una manera responsable.